Por medio de la fotografïa es posible preservar la memoria colectiva y personal. La imagen asi puede ser entendida como evidencia o testimonio de los hechos.
Así Daniel Pazarán nos deja su interes por lo que él mismo llama baja cultura (kitsch). Con recorridos por distintos sitios, logra extraer de ellos, los elementos ssuficientes para su inmediata identificación, haciendo patente el uso que prefiere dar a lo que por principio era solo evidencia de su historia personal.
El trabajo revela aaquellos objetos que a todos resultan familiares, caracterizados por una mala factura y escaso valor económico, ignorados y excluidos por la mirada colectiva debido a que no fueron concebidos para satisfacer necesidades esteticas. Por ello, para leer la fotografia es necesario ver su contexto, de otro modo, podemos omitir las referencias.
El señalamiento es claro: Mirar y establecer un vinculo con el entorno inmediato, pensar la relevancia del hecho dentro del acontecer cotidiano. Tal vez sea este un esfuerzo reflexivo y sincero acerca del apoyo que nos ofrecen las imagenes para conocer el mundo, en donde identidad y memoria son los argumentos.
Seguramente por eso, las fotografias de Daniel Pazarán, mas que precisas e innegables, se nos presentan siempre como encuentros populares.
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